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Una vez al año, dedicate tiempo

Una vez al año, dedicate tiempo

Unidad de Mastología de Grupo Oroño

En el Mes de Lucha contra el Cáncer de Mama, y bajo la premisa “Una vez al año”, en Elas invitamos a mujeres de nuestra ciudad y especialistas de Grupo Oroño (GO) para hablar sobre las dudas que surgen sobre esta enfermedad. A continuación, algunas preguntas que surgieron y las respuestas de la Unidad de Mastología para develar algunos mitos.

¿A partir de qué edad es necesario empezar a hacerse los controles?

Los controles empiezan en la adolescencia con el examen físico, el papanicolau -si corresponde-, entre otros. Los controles mamarios son a partir de los 40 años mediante una mamografía y quienes tengan antecedentes familiares de cáncer de mama, los estudios deberán comenzar a hacerse antes de esa edad.

¿Es doloroso hacerse una mamografía?

No duele. El equipo está controlado y da una presión justa y necesaria para tener la mama inmovilizada, permite que no se vea defectuosa la imagen y disminuye la dosis de radiación. En pacientes que son muy sensibles, lo que se recomienda es que se hagan la mamografía durante el período menstrual o inmediatamente después, que es donde la mama suele estar menos sensible y tolera mejor el estudio.


Si una persona tiene prótesis, ¿el estudio duele más? ¿existe un riesgo de que se rompan?

No implica mayor molestia ni dolor. Los implantes están preparados para tolerar una presión mucho más grande a la que le va a imprimir el equipo así que no existe ninguna posibilidad de que se rompan durante el estudio. Sí se hace una maniobra durante la mamografía -la Técnica de Eklund- que consiste en desplazar el implante para poder obtener una mejor visión de la glándula, que es lo que interesa para el estudio. Si existiera una lesión muy pequeña y muy pegada al implante puede ser no visible en la mamografía pero existen otros métodos complementarios que se usan en esos casos.

¿Es normal que tengamos miedo cuando vamos a buscar los resultados de los estudios?

El miedo es parte de cualquier situación que te produce estrés. El cáncer es una enfermedad: obviamente el miedo aparece. Pero que esto no te impida hacerte los controles y mucho menos ir a buscarlos porque es la información que necesitás para seguir con tu vida normal.

¿Sirve el autoexamen?

Sí, nos tenemos que conocer, autopercibir. Cualquier cosa extraña que nos toquemos, sea un bulto, un enrojecimiento de la piel, una secreción por el pezón o una asimetría debemos consultar al médico. El autoexamen no reemplaza a la mamografía. Lo ideal es hacerlo en la primera mitad del ciclo menstrual, o sea, inmediatamente después de haber menstruado.

Si se detecta algo extraño en la mama, ¿cómo es el proceso?

Lo primero que tenemos que saber es que una mamografía donde hay algún hallazgo no es sinónimo de cáncer. La mayoría de los nódulos de mama son benignos. Entonces ahí es donde tenemos que sacar este mito de que la punción desparrama el cáncer. Frente a una anormalidad en algún estudio por imagen, el médico pedirá justamente una punción para saber si hay cáncer o no. Además, no todos los tumores se comportan de la misma manera. Es fundamental saber qué tipo de tumor existe para dar el tratamiento adecuado.

Si una mujer tiene cáncer de mama, ¿qué posibilidades hay de que sus hijas también padezcan esta enfermedad?

Para tranquilidad de todas las mujeres, no existe una relación directa. Sí es cierto que aquellas pacientes que tienen antecedentes familiares tienen un riesgo más elevado que la población general. Es para recalcar que la herencia no es sólo de la mamá: tenemos un 50% también de nuestro papá y el otro 50% de nuestra mamá. Quienes tengan antecedentes, los controles mamarios deben hacerse con un médico especialista en patología mamaria y este decidirá el estudio que te corresponde. Cuanto más cercanos son los antecedentes, más riesgo hay de que sea hereditario. Lo que hará tu mastólogo es, de acuerdo a tu edad, indicar los estudios que te corresponden, sea una mamografía o una ecografía mamaria.

¿A todas las pacientes que padecen la enfermedad hay que sacarle las mamas?

No necesariamente. De hecho, a la mayoría de las mujeres con diagnóstico en cáncer de mama lo que se le ofrece es una cirugía conservadora. No sacamos la mama, sólo el tumor. La clave está en la detección precoz. Cuanto antes podamos detectarlo, y más pequeño sea, vamos a evitar tratamientos más agresivos. A veces no hay otra opción y hay que sacar las mamas. Existen técnicas reconstructivas para que los resultados cosméticos o estéticos sean adecuados pero la clave justamente es detectar una enfermedad a tiempo.

Si una mujer estuvo en un tratamiento oncológico, ¿existen riesgos si el día de mañana quiere ser mamá?

No siempre. Hoy la Unidad de Mastología de GO cuenta con todo un equipo especializado para resolver esta problemática. Durante el tratamiento se usan medicamentos para preservar los óvulos para que esas pacientes puedan llegar a ser mamá. A su vez, hay tratamientos de fertilidad como la críopreservación.

¿Qué hacer si la paciente que cuidamos y acompañamos no quiere asistir a una terapia?

Ante todo, respetar los tiempos de cada sujeto. Mi experiencia dice que la paciente en algún momento llega al consultorio. A veces en medio del tratamiento y a veces al final. Porque cuando termina, empieza un momento de mucha angustia y de muchas preguntas. Cada paciente tiene su modalidad y su manera defensiva de atravesar esto pero siempre en algún momento consulta. Más allá de los miedos y las angustias, hay que saber que los controles son fundamentales a cualquier edad.

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